Davinia Arbelo 12/07/2013
El pasado domingo 9 de julio, nuestro amado Román nos deleitaba con un
artículo (de opinión) en el Canarias 7. Nunca antes un domingo nos trajo tanta
incoherencia en el ejemplar matinal. A toda página, quien ya no sabe ni lo que
defiende ni a quienes representa nos enseñaba sus vergüenzas engalanadas con la
confianza temeraria de quienes se han acostumbrado a la alfombra roja y al
poder. Fue tal el patinazo, que no he podido dejar de dedicarle estas líneas.
En su artículo Román nos alumbraba para que pudiéramos ver la perversión
maligna que contiene el Alquiler Vacacional. Nos hablaba de la más que
previsible desestructuración del tejido social y del desplazamiento de
poblaciones.
¿Es este el mismo Román que le daba 8 años a los vecinos residentes en
apartamentos y bungalows para que abandonasen sus casas y las pusiesen al
servicio de la industria del turismo?
¿Ahora resulta que hay un turismo que desestructura y otro estructurante? ¿Un
turismo que destruye el tejido social y otro que lo crea? ¿Ahora resulta que
hay un turismo al que hay que poner límites y otro al que no?
¿No será Sr. Román que “salvando la actividad turística profesional” usted lo
que pretende es proteger los derechos de aquellos a los que realmente
representa? ¿De aquellos en cuyas manos se concentra la mayor economía de Canarias
y por lo tanto su riqueza? Porque compréndame usted cuando pienso que no debo
ser la única que se ha dado cuenta de que el alquiler vacacional es una forma
de democratización del turismo, por la cual, cualquier familia puede
beneficiarse de sus réditos económicos sin tener que pasar por el yugo de
touroperadores y empresarios avariciosos. Sin pasar por el yugo de aquellos que
mantienen sus márgenes de beneficio a base de explotar a sus trabajadoras y trabajadores y también a
sus camareras de piso. Sí, camareras de piso, esas a las que ha tenido usted la
poca vergüenza de mentar para justificar su reaccionario análisis de los
tiempos que corren. Y es que a nadie se
le ha pasado por alto este domingo al leerle Sr. Román, que de “regular el Alquiler Vacacional” a
“salvar la actividad turística profesional” hay un buen trecho.
Es también curioso que usted remarque las diferencias fiscales y de
condiciones entre el Alquiler Vacacional por un lado y la industria profesional
como un todo por otro, porque muchos autónomos, pequeñas y medianas empresas dedicados
profesionalmente a la industria del turismo, estarían encantados de conocer las
diferencias fiscales y de condiciones entre ellos y las grandes empresas y
grandes cadenas hoteleras. Es más, creo que estarían encantados de que usted se
pronunciase y luchase con la misma convicción y clarividencia en este asunto,
toda vez que autónomos y pequeña y mediana empresa soportan hasta 4 veces más
carga fiscal que la gran empresa. Así que, el hecho de que a usted le
escandalice sobremanera esta diferencia de condiciones en las que se mueve el
Alquiler Vacacional no puede sino darnos otro bofetón de incoherencia
dominical.
Hágaselo usted mirar Sr. Román.